Ha llegado el final de la desescalada y los augurios y grandes frases que hemos oído hasta aburrirnos: la gran oportunidad, el elemento de cambio, el salir reforzados y renovados, no parecen estar presentes. No nos hemos reprogramado tras el reset prometido. Aparecemos igual en las calles, con los mismos slogans, las mismas maneras, los mismos discursos. Seguimos apegados a nuestras zonas de confort.